Usted ha decidido embarcarse en el MSC Magnifica. Muy bien. No es mala elección. Un crucero es una mezcla de placer culpable y logística infernal, una orgía de cócteles en cubierta y trincheras presupuestarias en la cuenta bancaria. Pero si juega bien sus cartas, puede disfrutar del viaje sin que le desplumen como a un turista ingenuo en una terraza de Las Ramblas. Veamos cómo.


El camarote: dónde dormir sin que le sableen

La primera gran decisión es el camarote. No se engañe: a menos que tenga la cuenta corriente de un emir, la mayor parte del tiempo que pase en su cabina será durmiendo o duchándose. Así que, salvo que tenga claustrofobia, considere un camarote interior. No tendrá vistas, pero tampoco se dejará un riñón en la reserva. Si la idea de no ver el mar le parece insoportable, un camarote con balcón en cubiertas bajas puede ser una opción más económica que las suites de los altos vuelos.

Además, tenga en cuenta que la ubicación del camarote influye en la tranquilidad de su estancia. Evite aquellos cerca de las discotecas, ascensores o salones principales, porque el ruido puede convertir sus noches en una tortura. Consulte foros y opiniones antes de elegir y busque planos del barco para ubicar su elección con precisión quirúrgica.


Las bebidas: el negocio del oro líquido

Aquí está el verdadero filón de las navieras. Si no se lo advierto, puede acabar pagando por una copa lo que vale una botella entera en el duty-free. La clave está en los paquetes de bebidas. MSC ofrece varias opciones, desde el "Easy" (para los que se conforman con lo justo) hasta el "Premium Plus" (para los que llevan la barra libre en la sangre). Si es de buen beber, cómprelo antes de embarcar; si no, aprenda a racionarse o a buscar las promociones del día.

No olvide que en cada puerto puede abastecerse de bebidas en supermercados locales. Aunque oficialmente no está permitido subir alcohol al barco, muchas veces una botella camuflada en la maleta de mano pasa desapercibida. Sea discreto y ahorrará una pequeña fortuna.


Excursiones: la trampa del rebaño

Aquí es donde más dinero puede ahorrarse. Los cruceros venden excursiones organizadas a precios de emboscada. Son cómodas, sí, pero también caras y masificadas. Si tiene un mínimo sentido de la orientación y un móvil con conexión, planifique por su cuenta. En la mayoría de los puertos, los taxis y transportes locales cuestan una fracción de lo que le cobrarán a bordo. Y si quiere una experiencia más auténtica, busque guías locales en plataformas como Civitatis. Más barato y, en muchos casos, mucho mejor.

Un buen truco es unirse a grupos de Facebook o foros de viajeros que comparten experiencias y estrategias para cada destino. A menudo, organizan excursiones privadas por libre con más calidad y menos precio que las del barco. Además, tenga en cuenta que algunas excursiones de la naviera incluyen paradas en tiendas "concertadas" donde intentarán sacarle más dinero en souvenirs inflados de precio.


Internet: la esclavitud de la Wi-Fi

¿Realmente necesita estar conectado 24/7? Si su respuesta es sí, le van a cobrar como si estuviera en la luna. MSC ofrece paquetes de internet que, aunque caros, pueden ser rentables si los compra antes del embarque. Alternativamente, puede aprovechar los puertos para buscar cafeterías con Wi-Fi gratis, y en el caso de puerto de la Comunidad Europea podrá utilizar su tarifa de datos sin coste adicional o, mejor aún, desconectar y disfrutar del crucero como lo haría un viajero de los de antes.


Compras y extras: no caiga en la trampa del souvenir

Los cruceros están diseñados para que usted gaste. Casinos, boutiques libres de impuestos (que en realidad no lo son tanto), fotos que le sacan sin pedir permiso y luego le venden como si fueran obras de arte. Sea selectivo. Si quiere un recuerdo, cómprelo en los puertos, donde la variedad es mayor y los precios más razonables. Y si le tientan con masajes, sesiones de spa o cenas en restaurantes de especialidad, piense si realmente lo necesita o si es otro anzuelo para su cartera.

Los fotógrafos de abordo son especialmente hábiles en el arte de capturar su imagen en cada cena, brindis o pasillo, y luego venderle las fotos a precios de escándalo. Si quiere una foto de recuerdo, pídale a otro pasajero que se la haga con su propio móvil. Gratis y con la misma calidad.


El gimnasio y actividades: gratis si sabe dónde mirar

Uno de los pocos servicios que no le costará un céntimo extra es el gimnasio. Aproveche para sudar un poco y compensar los excesos gastronómicos del buffet. También hay actividades gratuitas, como clases de baile, concursos y espectáculos en el teatro. Infórmese bien del programa diario y participe en todo lo que le interese sin gastar un euro más.



Conclusión: disfrute sin dejarse desplumar

El MSC Magnifica es un barco estupendo. Puede vivir una experiencia magnífica sin que le dejen seco, siempre que tenga un poco de picardía y sepa evitar las trampas de turista desprevenido. Planifique, compare, y no se deje llevar por los impulsos. Así, cuando desembarque, lo hará con la cartera aún en su sitio y la satisfacción de haber jugado bien sus cartas. Que de eso se trata.